Esta semana podría marcar un hito en la política argentina. En el Senado se definirán los pliegos de Ariel Lijo y Gómez Mansilla para la Corte Suprema, con alta probabilidad de rechazo (un hecho inédito que tensiona al sistema institucional). Paralelamente, las elecciones legislativas de CABA, aunque locales, se han convertido en un termómetro nacional: La Libertad Avanza busca quebrar la hegemonía del PRO en su propia cuna, mientras Mauricio Macri (en plena campaña desde Córdoba) advierte sobre "desatinos institucionales" pero reafirma su apoyo al gobierno.

La crisis internacional agrava el escenario. La guerra comercial desatada por EE.UU. impactó en Wall Street y contagió a los mercados emergentes: el riesgo país argentino superó los 800 puntos, su nivel más alto en cinco meses. Las bolsas locales cayeron hasta 3%, una paradoja frente a las negociaciones con el FMI que pretenden estabilizar la economía.

Mientras el sistema político vive su propia tensión entre jueces rechazados y elecciones clave, la economía paga los platos rotos de una tormenta global. Córdoba, como observadora privilegiada de estos eventos, sigue siendo el termómetro de un país que oscila entre la crisis y la oportunidad.