Víctor Díaz López, el trabajador rural de 31 años que emocionó a todos al contar entre lágrimas su despido, hoy camina por las calles de San Vicente entre bocinazos, saludos y abrazos de vecinos que lo reconocen y lo alientan. Con su boina colorada, tonada paraguaya y una sonrisa tímida, agradece cada muestra de afecto mientras busca reconstruir su futuro tras el cimbronazo.
Todo comenzó el viernes pasado, cuando fue despedido de forma sorpresiva del campo donde trabajaba. “Pensé que me iban a felicitar o subir el sueldo”, contó a El Diario Sur. Pero lo que recibió fue una queja: sus videos “ofendían a ingenieros, encargados y patrones”. Aunque se lo acusó de tener conflictos internos, él lo niega con firmeza.
Desde hace años, Víctor comparte en redes su vida en el campo con humor y calidez. Ya tenía una comunidad sólida, pero fue el video donde narra su despido, seguido por otro en el que llora por su perra, lo que tocó una fibra colectiva. Hoy suma más de 548 mil seguidores en Instagram y 824 mil en TikTok, y su historia se volvió una de las más comentadas en redes.
Con la fama también llegaron las complicaciones: aparecieron cuentas falsas pidiendo dinero a su nombre. Por eso, Víctor publicó su alias bancario real: campa8, y alertó a su comunidad. Mientras tanto, sigue grabando contenido, atendiendo llamados de medios nacionales y respondiendo cientos de mensajes. “Estoy luchando para ver a dónde voy”, dijo, con la incertidumbre de quien perdió su trabajo pero ganó algo más poderoso: una red de apoyo enorme y genuina.
