Manos abiertas es una organización de inspiración jesuita, abierta a toda persona de buena voluntad. A través del trabajo voluntario, que se propone la misión de servir y promover a los más necesitados mejorando su calidad de vida y suavizando las situaciones de pobreza, dolor y soledad, interviniendo con obras y programas en espacios que están desatendidos e ignorados en la sociedad.
La primer obra de la Fundación fue Casa de la Bondad. Un espacio ubicad en la calle Brasil 581, barrio Güemes de la ciudad de Córdoba. La obra comenzó sus actividades el 1° de mayo de 2001 y desde entonces alberga personas en situación de vulnerabilidad y que están cursando la última etapa de una enfermedad irreversible, incurable. La asistencia es gratuita, se realiza las 24 horas del día, los siete de la semana, gracias a la ayuda de voluntarios y donantes. A la fecha, la Casa de la Bondad asistió a más de 1000 beneficiarios.
Los pacientes padecen diferentes enfermedades oncológicas en estado avanzado, enfermedades de insuficiencia orgánica, tal como insuficiencia cardíaca, EPOC, insuficiencia renal, entre otras. En general son derivados de los hospitales públicos y de los distintos establecimientos penitenciarios de la provincia de Córdoba.
Casa de la Bondad fue el primer Hospice del país. El movimiento hospice es una filosofía de cuidado del paciente que nace de la comunidad. La palabra Hospice significa brindar una manera especial de cuidados: se trata de cuidados paliativos integrales brindados al enfermo y a su familia, de manera competente y compasiva, en el clima de un hogar de manera de dar confort y calidad de vida hasta el instante final. La Casa continuó sus actividades aún en medio de la pandemia por Covid-19, período en el cual se extremaron (y aún siguen) las medidas sanitarias.
La obra cuenta con un equipo de profesionales médicos y enfermeros, trabajadores sociales, nutricionistas, psicólogos, fisioterapeutas. Este grupo constituye el Equipo de Salud, la gran mayoría voluntarios que, junto con otros, realizan diversas tareas pre asignadas como el acompañamiento a los enfermos, cocina, ropería, secretaria, hacen de la Casa un hogar.
El cuerpo de voluntarios nació con la obra, está constituido por personas de todas las edades y diferentes profesiones. La incorporación a la obra se realiza por medio de talleres de formación inicial y a lo largo del año se brinda capacitación continua.
El trabajo de voluntariado es fundamental para el sostenimiento de la obra, no sólo en lo referente a lo económico sino también a la tarea amorosa que allí se realiza, siguiendo los pilares que identifican a Manos Abiertas. Este año recibió el reconocimiento del Jerónimo de la Gente. A la fecha cuenta con 16 camas para enfermos sin recursos y se mantiene gracias al voluntariado y al generoso y desinteresado aporte de personas y empresas.
