En un acto que desafía las tradiciones y marca una nueva etapa en su gobierno, Nicolás Maduro ha decidido adelantar la llegada de la Navidad en Venezuela. En su programa de televisión “Maduro +”, el presidente anunció que, a partir del 1° de octubre, el país celebrará la festividad navideña, en lo que él mismo describe como un “homenaje al pueblo combativo”.
Maduro justificó su decisión con un discurso en el que mezcló retórica política con el optimismo festivo. “Es septiembre y ya huele a Navidad”, proclamó, sugiriendo que la prematura celebración servirá como un símbolo de “paz, felicidad y seguridad”. La decisión llega tras un reciente apagón que afectó a todo el país, incluido Caracas, y que el gobierno chavista atribuyó a un presunto “sabotaje”.
El anuncio de la Navidad adelantada parece ser un intento de desviar la atención de la crisis que atraviesa Venezuela, incluyendo el reciente apagón y el creciente malestar social. Maduro utilizó su plataforma para criticar a los medios y periodistas que, según él, han magnificado los problemas del país. “Periodistas tarifados, comprados, mercenarios”, acusó, minimizando el impacto del apagón y enfatizando la resiliencia de la población.
En paralelo a esta celebración adelantada, Maduro ha intensificado su enfrentamiento con la oposición. Recientemente, el candidato opositor Edmundo González Urrutia fue objeto de una orden de arresto emitida por la Justicia chavista. Maduro no dudó en calificar a González Urrutia como “cobarde” y criticó su falta de cooperación con el Ministerio Público, que había solicitado su comparecencia en tres ocasiones sin éxito.
El contexto de la medida también se enmarca en una crisis prolongada en Venezuela. Hace cinco años, en medio de una grave crisis humanitaria y un régimen bajo presión internacional, Maduro también adelantó las celebraciones navideñas, llamándolas una “vacuna” contra la “amargura y la violencia de la derecha fascista”. Esta nueva decisión parece una estrategia similar, destinada a ofrecer un respiro festivo a una población agotada por las dificultades y las tensiones políticas.
“Nicolás Maduro”:
— ¿Por qué es Tendencia? (@porktendencia) September 3, 2024
Porque adelantó la Navidad para el 1º de Octubre. pic.twitter.com/LIGghC5ZlN
EE.UU. incautó el avión de Nicolás Maduro en República Dominicana
Este lunes, el avión presidencial de Nicolás Maduro, conocido como el equivalente venezolano del Air Force One, fue incautado en República Dominicana por las autoridades estadounidenses, según informó CNN. El avión, valorado en aproximadamente 13 millones de dólares, fue trasladado al estado de Florida, marcando un episodio significativo en las tensas relaciones entre Estados Unidos y Venezuela.
La incautación se enmarca dentro de una serie de medidas de presión que Estados Unidos ha implementado contra el régimen de Maduro. Las autoridades estadounidenses, incluyendo el Departamento de Comercio, la Oficina de Industria y Seguridad, el Departamento de Justicia y el Departamento de Seguridad Nacional, participaron en la operación. Aunque no se especificaron los motivos exactos para la acción en este momento, la incautación refleja la determinación de Washington de hacer cumplir las sanciones impuestas contra el gobierno venezolano.
“Incautar el avión de un jefe de Estado extranjero es un hito en asuntos criminales. Estamos enviando un mensaje claro de que nadie está por encima de la ley, nadie está fuera del alcance de las sanciones estadounidenses”, declaró un funcionario estadounidense a CNN. Esta acción busca enviar un mensaje directo a la cúpula del régimen venezolano y reafirma el compromiso de EE.UU. en la lucha contra la corrupción y el narcoterrorismo asociado con el gobierno de Maduro.
La situación política y económica en Venezuela ha tenido un impacto considerable en las políticas migratorias de Estados Unidos, con un aumento en los casos de inmigrantes venezolanos tratando de llegar a la frontera entre EE.UU. y México. La incautación del avión de Maduro se produce en un contexto de serias investigaciones sobre prácticas corruptas del gobierno venezolano, con Estados Unidos manteniendo una orden de captura contra el presidente Maduro. Esta orden incluye cargos graves como tráfico de drogas, corrupción y narcoterrorismo, y ofrece una recompensa de 15 millones de dólares por información que conduzca a su arresto.
El próximo paso tras la incautación del avión será proceder con su confiscación en Estados Unidos. Este evento no solo marca un punto álgido en las relaciones entre ambos países, sino que también destaca la estrategia de Estados Unidos para enfrentar a los líderes extranjeros que considera responsables de graves delitos.