La Organización Mundial de la Salud lanzó una alerta ante la resistencia de las bacterias a los fármacos desarrollados para combatirlos, conocidos comúnmente como “antibióticos”. Por dicho motivo, declaró una “crisis sanitaria mundial”.
Esta resistencia permite una evolución gradual hacia “super-bacterias” las cuales son inmunes a la acción de un antibiótico común. De esta manera, según un estudio publicado en la prestigiosa revista The Lancet, en 2019, las superbacterias se cobraron la vida de 1.9 millones de personas.
Como resultado de este panorama sanitario, algunas bacterias causantes de infecciones como la neumonía u otras de la sangre o intraabdominales, ahora causan muchas más muertes anuales que el SIDA y la malaria juntos, con 860.000 y 640.000 fallecimientos registrados respectivamente.
Durante el transcurso de la investigación, científicos de las universidades de Washington (Estados Unidos) y Oxford (Inglaterra) analizaron el impacto a la resistencia microbiana examinando 471 millones de historiales individuales.
Para combatir esta resistencia y evitar una evolución aun peor, los expertos recomiendan endurecer el libre acceso a medicamentos por parte del ciudadano , no recomendar su uso sino es estrictamente necesario y proporcionar más fondos para desarrollar nuevos antibióticos.
