Por Germán Negro para Canal C
Los últimos fracasos económicos, que llevaron al país a tener la mitad de sus habitantes en la pobreza, y la falta de un plan que marque un horizonte más allá del corto plazo, reabrieron el camino a una de las entidades de estudios económicos más importantes del país: la Fundación Mediterránea. Lejos de mirar desde la banquina, ya tomó la ruta para comenzar a mostrar su menú con vistas al 2023.
Cuando asumió al frente del IERAL, el instituto de estudios y estadísticas de la Fundación, creado por Domingo Cavallo en 1977, el economista Carlos Melconián (ex presidente del Banco Nación) reconoció que “el objetivo” central es la elaboración de “un plan económico productivo y federal” que esté en la cartilla de opciones de quienes se postulen a la presidencia en las próximas elecciones.
Por eso, la titular de la Mediterránea, María Pía Astori, y Melconián comenzaron a recorrer regionales del interior, con la salvedad de que cada estación contempla un encuentro con los gobernadores. Por caso, en los últimos días se reunieron con los mandatarios Oscar Herrera Ahuad (Misiones), Gustavo Sáenz (Salta) y Omar Gutiérrez Neuquén, quienes escucharon como Melconián y la comitiva cordobesa presentaban un diagnóstico y la posible medicina.
Aunque no lo reconozca en público, la Mediterránea anhela que el futuro presidente pueda ser uno de sus hijos dilectos (o alguien bendecido por él): Juan Schiaretti, quien en los últimos días se vio apuntalado por una encuesta de la consultora CB, que mostró números que lo ubicaron el último mes como el gobernador con mejor imagen del país.
La Mediterránea vio coronar el esfuerzo que pusieron sus fundadores, entre ellos Fulvio Pagani y Piero Astori, cuando Cavallo llegó al ministerio de Economía de la Nación, en 1991, y junto a él comenzaron a desembarcar varios profesionales labrados en sus divisiones inferiores. El propio Schiaretti fue secretario de Comercio e Industria y le dio forma al actual régimen automotriz, que permite un intercambio entre los países del Mercosur, incluido México.
Antes, el actual gobernador de Córdoba fue vicepresidente de Fiat en Brasil y dejó de lado un llamado para sumarse al staff en Turín, por la convocatoria de Cavallo para que lo acompañe durante la puesta en marcha del programa de Convertibilidad (1991-2000), que rompió con un tramo de 50 años de inflación en la Argentina. Ambos dejaron el Gobierno de Menem por distintos motivos y en pleno auge del programa que luego continuaría el también cordobés Roque Fernández.
El programa tuvo sus luces y sus sombras, especialmente cuando Menem puso el piloto automático para intentar una re-reelección y evitó las minidevaluaciones que le recomendaban los expertos para que el “uno a uno” no fuera un corcet contra la producción local.
En la Fundación, y tal vez por la proximidad de origen que es muy fuerte en la sangre italiana, Cavallo (San Francisco) fue apadrinado por Pagani (Arroyito-Arcor), mientras que Schiaretti (barrio Talleres de la ciudad de Córdoba) tuvo siempre un fuerte respaldo de Astori (Palmar). Ambos economistas habían compartido aulas en la Universidad Nacional del Córdoba.
En una Argentina empobrecida en lo económico, agitada en los social y atomizada en lo político asoma un horizonte complejo para el equipo de Melconián. No obstante, lleva por detrás un sello difícil de soslayar(el de la Mediterránea) para quien llegue al Gobierno, si es que quiere impulsar un cambio de paradigma capaz de levantar a una economía que en sus época doradas (comienzos el siglo 20) tuvo por varios meses a su PBI al tope del ránking mundial.
