La ciudad de Córdoba está conmocionada por el crimen de Milagros Bottone, la joven de 23 años que fue asesinada por su padre. El hombre ingresó a su casa para agredir a su ex pareja, mató a su propia hija y luego se quitó la vida.
Vecinos y familiares remarcaron que el femicida tenía nueve denuncias previas, incluso se supo que Mercedes Martínez (madre de Milagros) contaba con un botón antipánico. Frente a esto, la fiscalía salió a justificar por qué el asesino estaba libre.
La fiscal Bettina Croppi aseguró que las denuncias contra Ricardo Bottone “no justifican ni ameritan la detención de una persona”. Admitió que le daba mucha tristeza lo que había pasado, pero al no surgir un delito, no podían “hacer nada”. Además, indicó que en ese entonces le otorgaron un botón antipánico a la denunciante, ordenaron una restricción de acercamiento y se secuestraron armas que estaban en poder del acusado.
Luego precisó que se realizaron tres denuncias, dos en 2021 y una en 2022, porque el agresor había incumplido la perimetral. “En consecuencia se dispuso la imputación por desobediencia a la autoridad“, confirmó. Sin embargo, explicó: “No podemos detener una persona por un delito de desobediencia a la autoridad, cuyo máximo de pena es 15 días de privación de la libertad y por amenaza simple”.
Los hechos
Milagros y Mercedes regresaban juntas del supermercado cuando se percataron que Ricardo estaba dentro de su vivienda en Alta Córdoba. Inmediatamente, Milagros le pidió a su madre que corra para buscar auxilio. Sin embargo, tras este intento de huida, el hombre sacó su arma, le pegó un culatazo a su ex pareja y le pegó un tiro a su hija.