Irán lanzó un ataque con misiles contra Israel en la madrugada del martes, en represalia por la muerte del líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah, y otros altos mandos de la organización en un ataque aéreo israelí. Las ciudades de Tel Aviv, Jerusalén y Haifa fueron testigos de una serie de explosiones mientras las sirenas antiaéreas sonaban en todo el país.
El Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán confirmó que su ataque se dirigió a objetivos militares y de seguridad en Israel. Este conflicto ocurre en medio de una operación terrestre limitada que Israel lanzó contra Hezbollah en el sur del Líbano. El gobierno israelí, encabezado por el primer ministro Benjamin Netanyahu, ha dejado claro que no tiene intención de una ocupación prolongada en territorio libanés, pero la situación está escalando rápidamente.
Netanyahu, en un comunicado tras el ataque, aseguró que “Irán cometió un gran error” y que “pagará por ello”. También destacó el éxito del sistema de defensa aérea de Israel en interceptar la mayoría de los misiles y agradeció el apoyo de Estados Unidos en los esfuerzos defensivos. El ataque fue el doble de intenso que el ocurrido en abril, según el Pentágono, lo que subraya la seriedad del conflicto.
Por su parte, el presidente de Irán, Masoud Pezeshkian, afirmó que el ataque fue solo “una parte del poder” de su país y advirtió a Israel que no subestime la capacidad militar iraní. La situación está lejos de resolverse, con la posibilidad de una escalada regional entre Irán, Israel y sus aliados.