La ola de inseguridad en Córdoba no tiene freno y para muchas personas la situación ha llegado a un límite que ya supera la simple frustración. Este es el caso de una joven de 23 años que fue víctima de robo y destrozos de su auto no sólo una ve , sino tres veces en los últimos meses. En la tarde de este viernes alrededor de las 15:30 horas entre las inmediaciones de barrio Observatorio y Güemes se produjo el último de los sucesos que colmó la gota del vaso.
Nuevamente arremetieron sin piedad contra los vidrios del vehículo estacionado sobre la calle Juan Davis. ¿El detalle que aumenta aún más la indignación? Ya no había nada que robar y un cartel escrito por la propia propietaria del vehículo lo aclaraba: “YA NO TENGO GOMA DE AUXILIO”.
“Cuando estoy por salir de edificio una señora me agarra y me dice: “¡No salgas!, no salgas porque ahí hay un chico que nos está esperando en la esquina para robarnos. Ósea, no puedo salir ni del edificio caminando” contó angustiada la damnificada. Minutos después descubrió el estado en el que se encontraba su auto. “Cuando salgó ya está todo roto. Encima que después del segundo robo le puse el cartel y ya no tiene goma de auxilio”, relató.
El primero de los asaltos se produjo el 20 de septiembre de 2022 y contó con la participación de un menor de edad: “La primera vez fue a las tres de la mañana. Las cámaras del edificio captaron que era un chico joven de unos 20 o 25 años, flaco, alto y un nene de unos 7 años. El chico rompió el vidrio y lo mandan al nene a que se meta por el vidrio para sacar la rueda”, recordó. Ni trascurridas las tres semanas del aterrador suceso llegó el segundo golpe. Nuevamente los ladrones se llevaron la goma de auxilio e hicieron añicos el auto. La medida de perecuación fue el cartel que anunciaba que ya no había nada que robar pero ni eso dio resultados.
Por otro lado, cabe destacar la increíble inactividad de la policía ante la reiteración de este tipo de hechos ocurridos en una misma zona. “La primera y la segunda vez hice la denuncia online y nadie hizo nada. Ahora, la tercera les dije que no sólo lo quería hacer online. Quería que alguien haga algo. Me mandaron un móvil y me preguntaron de todo. Les dije si no se podía hacer algo y me dijeron que no, que si yo no tenia el nombre y el apellido del ladrón no se puede hacer nada”, cerró.
