Un malentendido. Una mala interpretación. Así definieron ayer, tanto desde el Gobierno como desde la Iglesia Católica de Córdoba, la confusa situación generada en torno a la prohibición de oficiar celebraciones religiosas, en el marco de las últimas limitaciones a la circulación indicadas por la Provincia.
Lo cierto es que esta diferencia causó sorpresa y hasta cierta tensión entre la Provincia y el clero, que ayer se había manifestado a través de un documento público en contra de la limitación impuesta.
Fue el propio arzobispo de Córdoba, Carlos Ñáñez, quien emitió un comunicado en el que apuntó a la necesidad de mantener también “el cuidado espiritual” de la población en el marco de la pandemia.
No obstante, estas diferencias fueron subsanadas durante la tarde por las partes.
Durante la presentación del informe epidemiológico semanal, el ministro de Salud, Diego Cardozo, se refirió al tema y dijo que había habido una “mala interpretación” de las nuevas restricciones por parte de la Iglesia Católica. Aseguró que tanto misas como eventos no masivos seguían habilitados, bajo ciertos protocolos.
Con mayores precisiones, desde el Centro de Operaciones de Emergencias (COE) señalaron que estarán permitidas las misas de hasta un máximo de 30 personas, bajo estricto cumplimiento de los protocolos de seguridad sanitaria. También, los bautismos, los casamientos, las confesiones y los rezos individuales.