El Gobierno prorrogó la suspensión parcial de las exportaciones bovinas hasta el 31 de octubre, lo cual causó un profundo malestar en la dirigencia gremial ruralista. Los ruralistas señalan que la raíz del enojo radica en que el presidente Alberto Fernández “incumplió con su palabra, porque había prometido que si se estabilizaba el precio de la carne levantarían las restricciones, lo cual no ocurrió”.
“Hoy estamos dejando de exportar unos 100 millones de dólares por mes. La Fundación Fada ha establecido que toda la cadena pierde algo así como 6.500 millones de pesos producto de esta intervención del Estado a las exportaciones de carne bovina. Todo lo que puede ser bueno el Estado lo está destruyendo”, manifestó Daniel Urcía, presidente de la Asociación de frigoríficos e industriales de la carne (AFIC).
Para el representante del sector, está claro que “la restricción tiene un tinte electoral, político, y no económico”. “Esto es gravísimo porque pone en jaque todo un sector productivo de la Argentina por intereses individuales”, aseguró.
“Acá el problema del precio de la carne, como el de la vestimenta o el de los alquileres, tiene que ver con el deterioro del poder adquisitivo. Con mil pesos hace 2 años atrás comprabas casi 4 kilos de carne, y hoy apenas 1 kilo y pico con suerte. Esto no es porque la carne aumentó, tanto el IERAL de Fundación Mediterránea como otros organismos han establecido que esto es producto de la inflación, lo cual es culpa del gobierno”, explicó Urcía.
Finalmente el pte. de la AFIC concluyó que “El Gobierno oculta la realidad en su discurso, echándole la culpa a los productores. Yo creo que la sociedad se está dando cuenta que intentan deslindar responsabilidades, y lo van a tener muy en cuenta al momento de votar”.
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