El Colegio San José de barrio Alto Alberdi, Córdoba Capital, se encuentra tomado por los estudiantes, luego de que la directora del establecimiento fuera sancionada por amonestar a alumnos involucrados en la circulación de imágenes privadas de una compañera. La medida disciplinaria, adoptada por los propietarios de la institución, generó indignación y llevó a que los estudiantes ocuparan el colegio como señal de apoyo a la autoridad.
Una sanción que generó divisiones
El conflicto surgió cuando la directora, alertada por la difusión de fotos íntimas de una estudiante, decidió aplicar 10 amonestaciones a un grupo de jóvenes que habrían tenido algún grado de responsabilidad. Sin embargo, esta acción provocó la reacción de los dueños del colegio, quienes resolvieron sancionarla.
Frente a esta decisión, los estudiantes organizaron un abrazo solidario que marcó el inicio de la toma del edificio ubicado en Sol de Mayo 726. “Estamos acá desde ayer en señal de respaldo. Hoy nos reuniremos con representantes de las familias, los propietarios y la DGIPE para encontrar una solución”, comentó Paula, una de las estudiantes a cargo de la protesta.
La posición del Centro de Estudiantes
A través de un comunicado, el Centro de Estudiantes repudió la medida contra la directora, calificándola como una decisión “arbitraria y perjudicial”. Además, señalaron que esta sanción “afecta gravemente el proyecto educativo de la institución y vulnera derechos fundamentales”. Los alumnos exigieron la inmediata revocación de la medida y convocaron a una asamblea abierta para definir los próximos pasos.
El respaldo de los docentes
Los docentes también se sumaron al rechazo. Paula Schialer, delegada del personal, expresó que la sanción carece de fundamento y la calificó como “injusta y excesiva”. “No se siguieron los procedimientos adecuados, como advertencias o sumarios. La directora actuó de forma responsable frente a un problema grave”, explicó.
Avances en la negociación
Desde las primeras horas de la mañana, representantes de las familias, autoridades de la Dirección General de Institutos Privados de Enseñanza (DGIPE) y los propietarios del colegio se encuentran reunidos en busca de una solución. Mientras tanto, estudiantes, docentes y familias permanecen frente al edificio, en asamblea, aguardando novedades.