El 14 de diciembre de 2016, el embajador ruso Viktor Koronelli, avisó a las autoridades argentinas que había encontrado 369 kilos de cocaína repartidos en 360 paquetes en 12 valijas en el colegio de la representación diplomática de Rusia. El cargamento estaba previsto para ser embarcado en un vuelo diplomático que iba a transportar una “mudanza”.
Es un trabajo inédito en la historia de la Argentina donde hubo colaboración permanente entre la Embajada de Rusia y todo el Gobierno, para desbaratar a la organización criminal. Comparto con ustedes la crónica completa https://t.co/FGublJVeEl pic.twitter.com/Lzl8pjL8kT
— Patricia Bullrich (@PatoBullrich) 22 de febrero de 2018
El Gobierno nacional en conjunto con fuerzas de inteligencia rusa trabajaron en conjunto durante más de un año para que, sobre todo, no se filtre ningún tipo de información. Se decidió realizar escuchas telefónicas, tareas de inteligencia y cambiar el cargamento de droga por harina. Luego, un GPS sirvió para dar con cuatro personas sospechosas (dos en Argentina y dos en Rusia). Buscan a una quinta persona prófuga en Alemania.
La investigación duró más de un año, tanto en Argentina como en Rusia, y juntos detuvimos a 6 integrantes de esta asociación que pretendían trasladar un cargamento de más de 50 millones de euros. pic.twitter.com/qWIoP3BpW6
— Patricia Bullrich (@PatoBullrich) 22 de febrero de 2018
La banda
Las escuchas permitieron identificar a un sospechoso como el señor “K”, quien sería el líder de la banda y se encuentra prófugo. Las comunicaciones que este sujeto tenía con otros contactos sirvieron para detectar a sus cómplices: Ali Abyanov, ex contador de la embajada (hasta julio de 2016); un ruso nacionalizado argentino llamado Alexander Chikalo; un subinspector de la Policía de la Ciudad, identificado como Iván Blizniouk.
La banda podría tener más integrantes ya que hubo contactos con personas en Alemania y en los Países Bajos.