En el marco del ciclo de coyuntura desarrollado por la Bolsa de Comercio de Córdoba, la abogada y ex Diputada Nacional Elisa “Lilita” Carrió disertó en su conferencia titulada ‘Análisis de un escenario político incierto’, en la cual disertó principalmente sobre la realidad política y económica que marca a nuestro país.
Cabe destacar que la introducción del ciclo fue desarrollado por Lucas Navarro, quien se desempeña como director del Instituto de Investigaciones Económicas de ese organismo. En su charla, Navarro detalló que “La inflación, la política social, el mercado laboral y la actividad económica determinan los índices de pobreza”.
Indicó que dentro del mercado de trabajo, el 25% son cuentapropistas (más de la mitad no registrados) 52% son asalariados formales (el 30% pertenece al empleo público) y el 23% son informales. Además, las consecuencias de la pandemia fueron “muy diversa para todo el mundo: para el final del 2020, se registraron medio millón de empleos menos que en relación al 2019”.
“Estamos en un circulo vicioso del empleo en que se combinan factores que hacen difícil romper con la dinámica: actividad estancada, déficit fiscal, más empleo público, un alto costo laboral y rigideces. Si no avanzamos a una reforma laboral, va a ser difícil romper con el circulo vicioso”, señaló Navarro, haciendo hincapié en que “los salarios pierden contra la inflación”, especialmente frente a las medidas por la pandemia.
Al momento de hablar Elisa Carrió, la ex funcionaria señaló que “La ciencia económica es una parte de la ciencia política, porque es el modo en que distribuimos la escasez. Y la confianza es lo que genera instituciones”, remarcó, insistiendo en que “sin confianza es imposible una economía sana”.
Carrió insistió en que la crisis que vive hoy la Argentina es profunda no sólo a nivel interno, sino también en cuestiones regionales. “En términos geopolíticos hay una lucha de armas diferentes. Más allá de los avances económicos y de territorialización, y de la toma de las redes de transporte, hoy se vive el fracaso de una política”.
Además, insistió en que “El estatismo no es de izquierda. Si buscaran igualdad de los trabajadores buscarían la democratización del Estado”, haciendo referencia a la inclinación política que busca mostrar el gobierno Nacional.
“La geopolítica de argentina está jugando para las dictaduras hoy. Esto es ‘la diplomacia de las vacunas’ encabezada por Cristina Fernández de Kirchner. Esto hace imposibles las jugadas racionales que pueda hacer Guzmán. Él puede ir muchas veces a Washington o a Europa, pero el problema es la falta de confianza que se tiene (el extranjero) en nuestro país”, indicó.
“La decadencia económica la provoca la decadencia institucional y cultural”. Carrió criticó duramente también la participación de Amado Boudou en una clase de periodismo en la Universidad de Buenos Aires. “Se terminó el prestigio de la UBA al llevar a un convicto a hablar sobre sus propios delitos. Esa es la decadencia”.
Pero la realidad política de la clase media también estuvo presente en las palabras de la abogada. Carrió indicó con dureza que “dadas estas condiciones geopolíticas, la Argentina hoy no tiene salida y sobrevive gracias a los ingresos en dólares del campo. Pero la industria competitiva no tiene insumos, no se pueden abrir empresas, te obligan a ser monotributistas. “Es imposible emprender, imagínense sostener. Hay una crisis de Estado, provincias que sólo viven del empleo público, hay una escandalosa superposición. Es imposible empezar y mantener una empresa”.
Ser legal en Argentina es imposible: o tenés empleos en negro y evadís impuestos, o tenés todo al día y quebrás. La simplificación impositiva es la respuesta
En este marco, Carrió indicó que “la mucha gente podría generar empleo, pero con este sistema de contratos y de doble indemnización es imposible arriesgarse a inversiones que coman todo el capital. Ser legal en Argentina es imposible”, sentenció.
Sobre el cierre de su charla, la ex Diputada señaló que Cristina Fernández “tiene poder de daño, no de producción. Hace que los que quieren trabajar provoquen un exilio y ella pueda dominar esta pobreza. Y (los empresarios) no se lo podemos permitir. Lo que nos saca de la decadencia es la ética, la virtud, una opción moral que le de sentido a nuestras vidas. Desde el 2002 nunca vi tanta fragmentación”.
