La carne de ternera, un clásico en la parrilla de los argentinos, dejará de existir como tal. Es que por una decisión de la Secretaría de Agroindustria, a partir del 1º de enero de 2019, se cambiará el sistema de tipificación de la hacienda. La actual clasificación fue establecida en 1973 por la Junta Nacional de Carnes y sólo tiene en cuenta el peso, sexo y conformación de los animales. Hoy se considera carne de de un ternera a la res con hueso de 230 kilos, mientras que las vaquillonas o novillitos livianos llegan hasta los 390 kilos.
Desde el próximo año, se le sumará como factor la dentición del ganado: las categorías serán 2D (hasta dos incisivos permanentes), 4D (hasta cuatro), 6D, 8D y +8D (ocho, con desgaste). Así, las vacas especiales comenzarán a categorizarse como “joven” (seis dientes) o “adulta” (más de ocho dientes), y luego subcategorizarla como “livianas” (hasta 430 kilos) o “pesadas” (más de 430 kilos). La idea de esta reclasificación es dejar de lado la idea de que la calidad o ternura de la carne bovina esté relacionada con la edad, y así, dejar de faenar animales tan pequeños.