En el marco de la ley Justina, que autoriza la donación de órganos de toda persona en un plazo máximo de 4 horas, salvo que el potencial donante exprese lo contrario, el Tribunal Superior de Justicia aprobó el “Protocolo de Ablación de Órganos y Tejidos”. Éste tiene por objetivo facilitar el proceso haciéndolo más ágil en pos de evitar demoras u obstáculos innecesarios.
Justina era una niña de 12 años que murió en 2017 en la espera de un corazón al padecer una cardiopatía congénita. Gracias a la ley que lleva su nombre (ley 27.447) las donaciones y trasplantes realizados en todo el país aumentaron exponencialmente en todo el país, lo que llevó a establecer mecanismos para volver más eficiente los procedimientos.
Además, en los casos en los que haya sospecha de criminalidad, el protocolo sostiene que el juzgado tendrá la potestad de autorizar (o no) el procedimiento luego de haberse comprobado que la ablación no resultará perjudicial para la autopsia.