Disfrutar de nuestras canciones favoritas antes de dormir puede tener un impacto significativo en la calidad del sueño y el bienestar general. La música, en especial aquella que nos resulta placentera y familiar, actúa como un puente hacia la relajación al disminuir la frecuencia cardíaca y reducir la actividad cerebral, según expertos de la Fundación del Sueño. Al crear un ambiente calmado, nos ayuda a desconectar de las preocupaciones cotidianas y facilita la entrada a un estado de serenidad que favorece el descanso.
Música y relajación: una combinación perfecta
La música tiene efectos profundos en la reducción del estrés. Escuchar melodías suaves antes de acostarse estimula la liberación de endorfinas, las conocidas hormonas del bienestar, que contribuyen a reducir la tensión acumulada durante el día. Al centrar la atención en las melodías, la mente se aleja de los pensamientos estresantes, funcionando de manera similar a la meditación guiada. Para quienes desean aprovechar estos beneficios, se recomienda optar por canciones de ritmo suave como baladas, jazz o música clásica, evitando melodías intensas que podrían tener el efecto contrario.
Mejor calidad de sueño con tu música favorita
Diversos estudios confirman el impacto positivo de la música en el descanso. Un análisis de la Universidad de Helsinki mostró que quienes escuchaban música durante 45 minutos antes de dormir reportaban una mejora significativa en la calidad de su sueño. La música reduce el tiempo necesario para conciliar el sueño y contribuye a mantener un descanso continuo. Además, según la Universidad de Stanford, escuchar música disminuye la presión arterial y prepara al cuerpo para un sueño más reparador.
Incorporar la música en la rutina nocturna puede ser sencillo. Crear una lista de reproducción personalizada con melodías relajantes y sonidos de la naturaleza, como el agua o el viento, puede favorecer aún más el sueño. Combinar estas melodías con ejercicios de respiración profunda potencia el efecto calmante, ayudando a desconectar y preparar el cuerpo para descansar.
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El poder de la conexión emocional
Uno de los aspectos más destacados de la música es su capacidad para generar una conexión emocional profunda. Escuchar canciones que evocan recuerdos positivos favorece la liberación de dopamina, la hormona del placer, y oxitocina, conocida como la “hormona del amor”. Este proceso lleva a una sensación de bienestar que contribuye a un sueño más profundo. Además, cantar o tararear nuestras canciones preferidas antes de dormir también relaja los músculos y disminuye la frecuencia cardíaca, elementos clave para lograr un descanso de calidad.