El papa Francisco pidió este lunes 24, en su sexta misa navideña como pontífice, “no resbalar en los barrancos de la mundanidad y el consumismo”, al tiempo que lamentó la “paradoja” que se da durante las fiestas “cuando unos pocos banquetean espléndidamente y muchos no tienen pan para vivir”. Asimismo, pidió “superar la cima del egoísmo, es necesario no resbalar en los barrancos de la mundanidad y del consumismo”, durante la homilía pronunciada en la Basílica de San Pedro.
La misa que concelebró junto a 40 de los principales cardenales de la Curia comenzó con el tradicional canto en latín de la “Kalenda”, y la figura del pontífice argentino junto a niños de China, Japón, República Democrática del Congo, Rumania y de Panamá, adonde viajará del 23 al 27 de enero próximos. “En esta casa el Señor convoca hoy a la humanidad. Él sabe que necesitamos alimentarnos para vivir. Pero sabe también que los alimentos del mundo no sacian el corazón”, siguió Bergoglio, “El hombre se convierte en ávido y voraz. Parece que el tener, el acumular cosas es para muchos el sentido de la vida”, criticó.
Miles de fieles siguieron la celebración dentro de la Basílica y en la Plaza San Pedro, donde pudieron admirar el nuevo sistema de iluminación que el Vaticano estrenó esta noche con 100.000 lámparas LED, y con el que espera ahorrar hasta un 90% de energía. En ese marco, Francisco convocó a “romper la espiral de la avidez y la codicia”, antes de visitar el pesebre armado en medio de Plaza San Pedro, levantado este año en base a una estructura de 20 toneladas de arena. “Ante el pesebre, comprendemos que lo que alimenta la vida no son los bienes, sino el amor; no es la voracidad, sino la caridad; no es la abundancia ostentosa, sino la sencillez que se ha de preservar”, planteó en esa dirección.