El jurado popular declaró por unanimidad a Daniel Ignacio Chazarreta culpable del delito de abuso sexual agravado contra Sofía Lourdes Amaya, imponiéndole la pena de cadena perpetua. Los abusos ocurrieron durante cinco años, cuando la víctima tenía entre 6 y 11 años, en un hogar cercano al suyo en los barrios Altamira y San Vicente de Córdoba.

El caso salió a la luz cuando Sofía, entonces de 13 años, reconoció en una clase de Educación Sexual Integral (ESI) que lo que sufría tenía nombre: abuso sexual. Según el expediente, Chazarreta aprovechaba los momentos en que su esposa no estaba presente para cometer los ataques, amenazando a la niña con hacerle daño a su hermano menor si lo denunciaba.
El impacto psicológico del abuso llevó a Sofía a automutilarse y finalmente, a los 16 años, a quitarse la vida. El fiscal Hugo Almirón demostró durante el juicio el nexo causal entre los abusos y el suicidio, logrando que el tribunal no tuviera dudas al dictar la máxima pena. "El accionar del imputado creó las condiciones para que Sofía se quitara la vida", sostuvo el fiscal en sus alegatos.
