La controversia en los Martín Fierro: Briski, Gaza y la respuesta de Wiñazki

El discurso político de Norman Briski en la entrega de los Martín Fierro desató reacciones encontradas.
El discurso político de Norman Briski en la entrega de los Martín Fierro desató reacciones encontradas.

La gala de los Martín Fierro, organizada por la Asociación de Periodistas de la Televisión y Radiofonía Argentinas (APTRA), se convirtió en un escenario de controversia el pasado fin de semana. En el marco de la celebración, el destacado actor Norman Briski fue galardonado con un premio por su trayectoria, pero su discurso desvió rápidamente de la celebración hacia temas políticos sensibles que generaron un amplio debate.

Briski, conocido por su intensa carrera en cine y televisión, utilizó su tiempo en el escenario para abordar la guerra en Medio Oriente, un conflicto que se ha intensificado tras el ataque terrorista perpetrado por Hamas a Israel el 7 de octubre de 2023. En esa fecha, miles de terroristas ingresaron al sur de Israel, dejando un saldo de devastación que incluyó la muerte de civiles y la toma de rehenes.

Con una voz firme y un rostro adusto, Briski proclamó: “Gaza, Gaza, Gaza, jamás será vencido, jamás será vencido Gaza”. Su mensaje, que pretendía ser una declaración de solidaridad, encontró una recepción ambivalente en el auditorio, donde más de la mitad de los asistentes escucharon en silencio, mientras que una minoría aplaudió sus palabras.

El discurso de Briski, que omitió referencias a las víctimas israelíes y los rehenes bajo control de Hamas, suscitó una ola de críticas. En las redes sociales, donde la opinión pública se manifiesta rápidamente, empezaron a surgir cientos de mensajes acusando al actor de antisemita. Miguel Wiñazki, un prestigioso periodista y escritor, no tardó en responder. En un fuerte tuit, escribió: “Andá a vivir a Gaza, pero no vivirías allí porque sos judío, y te liquidarían después de humillarte y masacrarte palmo a palmo”. Su comentario, que califica a Briski y a quienes lo apoyaron como “colaboracionistas” y “útiles idiotas”, fue un claro reflejo de la indignación generada por el discurso del actor.

Sabrina Ajmechet, diputada nacional del PRO y presidenta de la Comisión de Derechos Humanos, también se pronunció sobre el tema. En diálogo con Infobae, enfatizó que “las 101 personas que hoy siguen secuestradas por Hamas no son un juego de palabras” y destacó que cualquier apoyo a Hamas, una organización terrorista, no debería ser compatible con el discurso de quienes defienden la democracia.

Además de sus comentarios sobre Gaza, Briski ironizó sobre la irrupción de la inteligencia artificial en la industria del entretenimiento. Afirmó que la ficción es una radiografía de la realidad y criticó las recomendaciones que había recibido sobre su discurso. “La IA, la inteligencia artificial, la industria argentina me dice que hable sobre los entornos, lo que está pasando en el mundo”, introdujo antes de su alocución sobre Gaza. Su intervención fue recibida con ovaciones, pero el giro político de su mensaje dejó a muchos con una sensación de incomodidad.

En contraste con la postura de Briski, el exdiputado radical Luis Brandoni, también presente en la ceremonia, ofreció un mensaje que algunos interpretaron como una respuesta indirecta. Habló sobre su trayectoria y la importancia del público en momentos difíciles, sugiriendo que “la gente no quiere más ladrones por todas partes”. Su discurso subrayó la necesidad de ser serios y responsables en el ámbito público, un mensaje que resonó en un clima de creciente polarización.

“Puán”: la gran ganadora de los Martín Fierro de Cine

En la primera entrega de los Martín Fierro de Cine y Series, “Puán” se consagró como la gran ganadora, llevándose siete premios, incluidos los de “dirección”, “guion” y “película”. Esta obra, dirigida por María Alché y Benjamín Naishtat, no solo entretiene, sino que también sirve como un potente reflejo del momento actual en Argentina, particularmente en el contexto de la universidad pública.

Ambientada en la emblemática Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, “Puán” narra la historia de un profesor de filosofía, interpretado por Marcelo Subiotto, que se enfrenta a un dilema profesional crucial tras la muerte de su mentor. La llegada de un rival con credenciales académicas destacadas, interpretado por Leonardo Sbaraglia, complica su aspiración a la titularidad de la cátedra vacante. Este conflicto central se entrelaza con diversas subtramas familiares y sociales que reflejan las tensiones cotidianas en el ámbito universitario argentino.

El filme destaca por su capacidad de captar el zeitgeist actual a través de su ambientación, donde la arquitectura de la facultad, los murales y los afiches se convierten en testigos de la realidad. A medida que avanza la trama, se hace evidente que las discusiones ideológicas y la rutina académica coexisten con el trasfondo de un contexto político convulso. Así, “Puán” se transforma en un vehículo que muestra cómo la ficción puede abordar y reflejar las tensiones del presente.

Uno de los elementos más resonantes de la película es la representación del impacto de los recortes de financiamiento en la educación pública. A medida que la historia se desarrolla, se revela que la facultad sufre las consecuencias de un “ajuste”, lo que desencadena un movimiento de resistencia por parte de estudiantes, profesores y personal no docente. La representación de una clase abierta en la calle y asambleas en defensa de la educación gratuita no solo es un recurso narrativo, sino que refleja un clamor colectivo que ha cobrado fuerza en la sociedad argentina en las últimas semanas.

La relevancia de “Puán” se vio aún más subrayada durante la entrega de los Martín Fierro, donde el tema de la universidad pública estuvo presente a lo largo de toda la ceremonia. Muchos de los galardonados hicieron hincapié en la importancia de la educación superior gratuita, alertando sobre los peligros que enfrenta. En un momento culminante, los directores de la película invitaron al decano de Filosofía y Letras, Ricardo Manetti, a compartir un discurso en defensa de la universidad pública.

El mensaje de Manetti fue contundente: “Ir a la facultad transforma vidas, familias, cumple sueños y proyectos y es fundamental para el desarrollo de la educación en nuestro país. Están queriendo hacer desaparecer nuestra universidad pública. Quiero hablarle a los que están mirando: la universidad pública es un emblema, un orgullo para nuestro país, todos y todas tenemos que defenderla porque es el modo de defender nuestro futuro”. Su discurso resonó con la audiencia y se convirtió en un eco del mensaje que “Puán” busca transmitir.

La ceremonia no solo celebró el talento artístico, sino que también se transformó en un espacio de reivindicación social. La difusión del discurso de Manetti, que rápidamente se volvió viral en redes sociales, consolidó la conexión entre el arte y la lucha por la educación pública en Argentina. Así, “Puán”, más que una simple comedia sobre profesores en disputa, se erige como un símbolo de la resistencia y un llamado a la acción en un momento crítico para la universidad pública.

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