“¿Intentaste besar a una chica que estaba muy borracha?, ¿siempre llevás forro cuando vas a tener sexo?, ¿te pasó insistir en tener sexo y que con desgano te acepten?, ¿escuchaste a un amigo decir que la piba era ‘histérica’ o ‘loca’ porque no quiso tener sexo?, ¿por qué lo seguimos haciendo?, ¿pensamos que esté bien?”, son algunas de las preguntas de la campaña lanzada por el espacio “Privilegiados” en sus redes, desde donde se invita a reflexionar sobre el rol de los varones en la sociedad y “desarmar los mandatos de la masculinidad hegemónica”.
Dispositivos psico-socioeducativos grupales de varones donde ponen “en crisis” las creencias y las relaciones de poder, una línea telefónica para la escucha y derivación, y la formación de las fuerzas de seguridad son algunas de las iniciativas que se llevan adelante en el país para eliminar la violencia machista.
¿Qué hacemos una vez que nos muestran tan claramente eso que preferimos no ver? pic.twitter.com/LE3jkQYCQx
— Privilegiados (@Privilegiados1) March 15, 2021
En 2015 se crearon las redes sociales de Privilegiados, un espacio para repensar el rol de los varones y tratar de desarmar lo aprendido, cuyos responsables también organizan talleres y charlas. A través de videos donde se exponen los privilegios que tienen los hombres en el sistema patriarcal, se busca visibilizar la problemática y cambiar comportamientos sociales establecidos
“Hay que desconfigurar la masculinidad, la subjetividad, las ideas de creencias, poner en crisis y tensión las experiencias de estos varones e ir sobre la emocionalidad y corporalidad, porque el poder y las creencias de sentirse superior a otro tienen emocionalidad”, indicó a Télam Marcelo Romano, trabajador social que supervisa el área de varones que ejercen violencia de género del Hospital Álvarez, de la Ciudad de Buenos Aires.
Según precisó, “alguien que se cree superior a lo que vive la mujer violentada, construye ideas de superioridad y en los grupos empiezan a circular las subjetividades de cada uno, donde se va horadando con otros lo que tengo construido, porque las ideas de poder de la masculinidad son un constructo cultural y colectivo, no individual”.
