Cómo afecta la cuarentena a la economía argentina

Se conocieron los datos oficiales de actividad pre-cuarentena. En febrero, la actividad presentó un descenso de 2,2% interanual y 1,1% respecto a enero. Con casi dos años de contracción en la actividad, el dato de febrero marca una condición inicial preocupante de cara a la profunda recesión que se avecina.

Basado en estimaciones propias, actualmente el 52% de la economía argentina está paralizada por la cuarentena, con un impacto diferenciado entre sectores, regiones, y grupos de la población. A lo sumo el 30% de los ocupados puede hacer home office, algo que es prácticamente imposible en trabajos que requieren una interacción presencial intensa, en donde a su vez hay una alta proporción de informales. En un contexto donde la flexibilización de la cuarentena parece lejana, dada la evolución de la pandemia en nuestro país, el cierre de empresas y la destrucción de empleo ante la crisis parece inevitable, tal como sucederá a nivel mundial.

Sin embargo, la profundidad y persistencia de esos efectos dependerá de las acciones de política de los gobiernos, con impacto en el corto y largo plazo. Dada la falta de financiamiento, el paquete de medidas del gobierno nacional es limitado en relación al de otros países y prácticamente sólo puede financiarse con emisión monetaria. Por su parte, el distanciamiento comercial con los socios del Mercosur y un potencial default de la deuda quizás no tendrían un impacto inmediato, pero harán más dificultosa la recuperación de la economía post pandemia.

A través de una reglamentación oficial, la Comisión Nacional de Valores instruyó que los Fondos Comunes de Inversión (FCI) abiertos deben tener al menos un 75% de su portafolio invertido en activos denominados en pesos. Esta medida se tomó con el fin de detener la suba de las cotizaciones paralelas del dólar, ya que al deshacerse los FCI del excedente de instrumentos en moneda extranjera por casi mil millones de dólares para cumplir con los límites establecidos, las cotizaciones del MEP y el CCL tuvieron bajas cercanas al 8%.

Esta medida refleja la baja confianza en la moneda nacional, y al forzar a ahorrar con tasas reales negativas en pesos, son una señal indirecta de represión financiera. Los FCI se ven golpeados con la medida, planteándoles dificultades para atraer y/o retener inversores, lo que generará presiones sobre la brecha cambiaria en el futuro.

Fuente: Bolsa de Comercio

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