Este jueves comenzó el proceso judicial por el asesinato de Franco Amaya. El joven de 18 años falleció el 22 de febrero del año pasado, durante un control vehicular. Los resultados de la autopsia revelaron que Amaya murió por un disparo a quemarropa, a menos de 50 centímetros.
Otros informes indicaron que los oficiales imputados por causa, tenían más de 0.8 de alcohol en sangre la noche de la tragedia.
La fiscal a cargo de la causa, Jorgelina Gómez, ordenó la prisión preventiva para el oficial Rodrigo Busto, imputado por “homicidio agravado por la calidad de autor y uso de arma de fuego en concurso ideal”. Su compañero, José Ezequiel Villagra, permanece en libertad, acusado por “omisión de deberes de funcionario público”.
Al momento de su detención, Bustos llevaba solamente seis meses en la fuerza.
Para esta primera audiencia estuvieron citados seis testigos, entre ellos el primo de Franco – testigo del hecho – y su madre.
