Comenzó el juicio por el asesinato del adolescente de 13 años Lucas Leonel Rudzicz, ocurrido el 22 de diciembre 2016 en barrio Müller a manos del policía Martín Armando Murúa, a quien se acusa de “homicidio cometido con exceso en la legítima defensa de un tercero”. Según determinó la instrucción, la bala que impactó en la nuca salió del arma de fuego de Murúa, que en ese momento custodiaba al cura Mariano Oberlín. El defensor del Sargento Murúa, el abogado Carlos Hairabedian, recalcó que su defendio “no es cualquier policía” sino que “trabajaba y colaboraba” con el sacerdote en los talleres de la parroquia, y que aquél día, al advertir del robo de una cortadora de césped “salió corriendo en un terreno irregular con muchos desniveles, en persecución” de los presuntos delicuentes
Por otro lado, la familia de Rudzicz denuncia un caso de gatillo fácil y que el intercambio de disparos “nunca existió”. “Los medios hablaron de un tiroteo que nunca existió. Y dijeron, también, que Lucas tenía ‘malas juntas’. Hoy pienso que él podía juntarse con quien quería porque esa mala junta, no lo mató. Lo mató una persona que tiene nombre y apellido: Martín Murúa”, señaló a la revista La Garganta Poderosa Vanesa Rudzicz, hermana de Lucas.
La autopsia determinó que el proyectil entró por la nuca y salió por el ojo derecho. En aquel momento, Oberlín publicó en las redes una carta que daba cuenta de que llevaba tiempo bajo amenaza de los narcos del barrio en el que hace trabajo voluntario. Por otro lado, Lucas participaba del Movimiento Popular La Dignidad, organización que estuvo presente en la jornada del lunes, en las puertas de Tribunales.
