La sequía continúa afectando gravemente a Córdoba. Han pasado cinco meses desde la última lluvia registrada el 1° de mayo, lo que ha generado un déficit hídrico histórico. Impacta no solo en los recursos de agua sino también en la actividad agropecuaria y en la sucesión de incendios forestales que golpean a la provincia desde julio.
Marcelo García, investigador del Conicet y especialista en Recursos Hídricos, explicó que la situación es crítica. “En lo que va de 2024 no ha llovido prácticamente nada. Entre mayo y septiembre, no se registraron lluvias significativas en la mayoría de las zonas”, señaló. El déficit de precipitaciones es evidente, ya que el promedio histórico entre estos meses debería ser de 75 milímetros, pero este año el acumulado fue cero.
Pronósticos desalentadores
García también advirtió que las expectativas de recuperación son bajas. Se espera que octubre traiga 62 milímetros, un alivio necesario, pero insuficiente para alcanzar la media anual de 780 milímetros. Mientras tanto, las localidades que dependen de los ríos para su suministro de agua, como Alta Gracia y Villa Carlos Paz, ya han declarado estado de alerta.
El meteorólogo Marcelo Madelón precisó que, aunque las temperaturas comenzarán a moderarse, la falta de lluvias persistirá. “No se esperan precipitaciones significativas hasta la segunda semana de octubre, cuando podrían caer unos 20 milímetros”, anticipó.
Impacto en los embalses y diques
Aunque los embalses serranos no han alcanzado niveles críticos, el panorama es preocupante. Los principales diques de la provincia, como San Roque y Los Molinos, muestran niveles inferiores a los de años anteriores. El embalse de Cruz del Eje, por ejemplo, se encuentra a 30,1 metros, una baja notable en comparación con los 32 metros de hace dos años.
Cambio climático y deforestación
Madelón atribuye parte de esta sequía al impacto de la deforestación, especialmente en Brasil. “La pérdida de selvas como la amazónica y la misionera está afectando la llegada de humedad al centro del país”, explicó. Este fenómeno, sumado al cambio climático, está alterando no solo el clima sino también el equilibrio ecológico de la región.
El panorama para los próximos meses es complejo. Las perspectivas meteorológicas anticipan una primavera y un verano más secos y cálidos de lo normal, con temperaturas entre 2 y 3 grados por encima de la media. Mientras tanto, la provincia de Córdoba sigue esperando las lluvias que podrían traer algo de alivio.