Un espectáculo deportivo, el clásico cordobés, fue escenario de la muerte de un hincha en la cancha.
Aquel 15 de abril de 2017, los seguidores de Belgrano, tras el grito de “Es hincha de Talleres”, golpearon a Emanuel Balbo y lo empujaron desde la Willington. Éste cayó desde una altura de tres metros sobre los escalones de salida y, producto de un severo traumatismo de cráneo, murió por algo tan vanal como pensar que era de otro equipo.
Quien fue el motor de semejante ira, el incitador de la golpiza, fue Oscar “Sapito” Gómez. Él conocía a Emanuel con anterioridad al partido, y tras una discusión en la cancha, vociferó una mentira con el fin de que los hinchas lo lincharan.
La discordia entre Gómez con Emanuel tenía un antecedente. “Sapito” había participado, en 2012, de una picada entre dos autos que culminó en un choque con una moto. En la misma, viajaban dos adolescentes que perdieron la vida con el impacto; uno de ellos era Agustín Balbo, el hermano menor de Emanuel.
Gómez, mientras era juzgado por éste hecho, hostigaba a los Balbo para que retiren los cargos e incluso había amenazado reiteradas veces a Emanuel. Al encontrárselo en la cancha, lo encaró y terminó provocando su muerte.
Dos hermanos, el mismo asesino.
Su madre relata, cómo es transitar el dolor después de haber perdido dos hijos, y afirma que “para una madre, a la que han matado a sus hijos, nunca hay justicia”.
Crímenes de Córdoba.
