Durante su exposición en la Conferencia Anual de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL), el ministro de Economía, Luis Caputo, compartió su visión sobre los avances económicos recientes y los próximos pasos de su gestión. Caputo adelantó que, aunque los datos oficiales serán publicados el viernes, octubre cerrará nuevamente con un superávit financiero. “En octubre, puedo decirles que nuevamente vamos a estar en un superávit financiero importante”, señaló. Esta es una tendencia que ya había anticipado en septiembre, cuando compartió resultados preliminares en el Coloquio de IDEA.
El funcionario también reveló que planea eliminar el cepo cambiario “en algún momento de 2025” y destacó que la inflación se aproxima a un ritmo mensual del 2% al alinearse con la inflación internacional. “Prácticamente es una batalla ganada”, afirmó. En su intervención, Caputo recordó que al asumir su cargo se encontró con un escenario económico desfavorable, marcado por déficit fiscal, reservas negativas y una deuda externa que comprometía las importaciones.
La estrategia para el equilibrio fiscal
Caputo destacó que la actual política económica se centra en lograr un equilibrio fiscal como ancla para la estabilidad. “Los gastos se van a tener que adecuar a los ingresos”, afirmó, explicando que, sin credibilidad en el programa económico, se vieron obligados a obtener resultados inmediatos en lugar de promesas a largo plazo. Desde el primer mes, la administración logró un equilibrio fiscal, algo que inicialmente generó escepticismo. “Hoy creo que ya son muy pocos o prácticamente nadie duda del compromiso fiscal que este gobierno tiene”, comentó.
El ministro también recalcó la importancia de reducir la emisión monetaria para evitar desequilibrios adicionales, contraviniendo la recomendación de algunos economistas de establecer una tasa de interés real positiva. Explicó que, ante la falta de reservas, la prioridad fue limitar el crecimiento de la base monetaria y mantener los niveles de inflación bajo control.
Inflación y cepo cambiario: el próximo año como horizonte
En cuanto a la eliminación del cepo cambiario, Caputo explicó que esta medida depende más de las condiciones económicas que de una fecha específica. “Salir del cepo es un tema de condiciones, no de tiempo“. Aunque reconoció que algunos sectores sostienen que el cepo limita el crecimiento económico, Caputo argumentó que el país puede continuar su desarrollo incluso con esta restricción temporal.
El ministro subrayó que el gobierno busca fomentar la competitividad mediante una reducción de impuestos en lugar de devaluaciones. En este sentido, adelantó que planean una baja de los impuestos más distorsivos, como las retenciones y el impuesto al cheque, siempre y cuando el país mantenga un superávit fiscal.
Consolidación de la estabilidad económica
Con respecto al avance hacia una inflación estable, Caputo afirmó que la economía se encuentra en su mejor momento desde que asumió el presidente. Con una inflación mensual cercana al 2% y una brecha cambiaria en mínimos de cinco años, el ministro describió este contexto como “la prueba más contundente” de la efectividad del programa económico actual. Según Caputo, “la sostenibilidad fiscal ya no se discute”, lo que representa un importante paso hacia la estabilización económica.
El ministro calificó el proceso actual como uno de los más exitosos de los últimos tiempos en Argentina. Al cierre de su presentación, subrayó que su gestión ha logrado recuperar la confianza en el sistema económico. Si bien reconoció que el escepticismo inicial fue natural, confía en que los resultados seguirán consolidándose a medida que avance el año.
Objetivos fiscales y la mirada a largo plazo
Para Caputo, el próximo paso será reducir los impuestos más distorsivos con los ingresos derivados del superávit. “Tenemos que empezar a crecer para, con ese superávit, devolver esa plata a la gente con baja de impuestos”, afirmó. La eliminación gradual de los impuestos provinciales, como Ingresos Brutos, y los impuestos nacionales al cheque y a las retenciones forman parte de esta estrategia, con el objetivo de fomentar un crecimiento sostenido sin comprometer el equilibrio fiscal.