En un trágico suceso que ha conmocionado a la región, una serie de explosiones de beepers, dispositivos de comunicación utilizados por miembros de Hezbollah, resultaron en la muerte de al menos nueve personas y dejaron heridas a más de 2.800, con alrededor de 200 casos graves. Estos incidentes han puesto de relieve no solo la vulnerabilidad de los operativos de seguridad, sino también la complejidad de la tecnología utilizada por los grupos armados.
Los beepers son dispositivos inalámbricos diseñados para recibir mensajes cortos de texto y alertas, y su naturaleza pasiva los hace difíciles de rastrear. A diferencia de los teléfonos celulares, que emiten señales constantes, los beepers solo responden a las transmisiones que reciben, lo que los convierte en una opción atractiva para quienes desean comunicarse de manera más discreta. Sin embargo, en este caso, se ha descubierto que estos aparatos fueron alterados para incluir cargas explosivas que podían detonar mediante un mensaje específico, transformando un simple dispositivo de comunicación en un arma mortal.
Fuentes de seguridad han indicado que estos dispositivos fueron introducidos en el arsenal de Hezbollah en los últimos meses, lo que plantea preguntas sobre la seguridad en la cadena de suministro. La posibilidad de que los beepers hayan sido manipulados por un tercero ha sido ampliamente discutida, y las sospechas de un hackeo por parte de Israel se han intensificado. Expertos afirman que sería extremadamente complicado para Hezbollah recalentar las baterías de los beepers y hacerlas estallar simultáneamente; la conclusión es que estos dispositivos fueron diseñados para explotar a distancia.
El impacto de las explosiones fue devastador. Con un estimado de al menos mil beepers estallando, el número de heridos sugiere que, en promedio, tres personas resultaron afectadas por cada dispositivo. Esto demuestra la magnitud del ataque y la efectividad de la alteración de los beepers como un método de ataque masivo. Este incidente no solo marca un punto de inflexión en la guerra tecnológica entre grupos armados y estados-nación, sino que también plantea preocupaciones sobre la seguridad de los dispositivos de comunicación utilizados por los grupos militantes.
Parece que Israel no solo infiltro los beepers (buscapersonas) de los terroristas de Hezbollah, también lo hizo con sus radios personales (walkie talkies) y están empezando a explotar hoy, por segundo día consecutivo. Increíble. pic.twitter.com/zmI5Bgwiew
— Agustín Antonetti (@agusantonetti) September 18, 2024