El hecho ocurrió en la calle Catamarca al 300, donde efectivos de la División Sumarios y Brigadas de Prevención de la Comisaría Comunal 3 observaron un movimiento sospechoso con el conductor de un automóvil Peugeot 208. El auto estacionó junto al cordón de la vereda y se aproximó una mujer que se guardó dentro del corpiño algo que le había entregado el conductor.
Los policías se acercaron para identificarlos, la mujer se subió al auto y ambos sospechosos intentaron escapar, pero a los pocos metros, al verse rodeados, el vehículo frenó y fueron detenidos. El conductor les dijo a los policías que no se dio cuenta de que lo querían parar a él y les explicó que tenía un permiso para circular porque trabajaba en una actividad esencial.
El sospechoso, de nacionalidad peruana, exhibió desde su celular la autorización que lo habilitaba a circular como personal de mantenimiento de servicio básicos de plomería, gas y electricidad. Sin embargo, al realizar la requisa, los policías de la Comuna 3 no encontraron en el vehículo ninguna caja de herramientas y, en cambio, lo que la mujer había ocultado en su corpiño era una bolsa de nailon negra con cerca de 50 gramos de cocaína y en el auto encontraron una riñonera con siete más de esas bolsas, cada una con la misma cantidad de droga.
El pesaje de los ocho envoltorios arrojó 326 gramos de cocaína, que según las fuentes alcanzan para hacer unas 700 dosis. “Por la manera en la que estaba fraccionada la cocaína, todo indica que estamos ante una entrega mayorista”, explicó una fuente policial. También se incautaron 8.600 pesos y dos teléfonos celulares, los cuales no pararon de sonar durante todo el procedimiento.
El falso plomero tiene 34 años y es de nacionalidad peruana, al igual que la mujer, de 25 años, y ambos fueron trasladados a la alcaldía de la Policía de la Ciudad. La causa quedó en manos de la Fiscalía Penal, Contravencional y de Faltas 11, desde donde se dispuso la detención de la pareja por por infracción a la Ley de Drogas (23.737) y por desobediencia.