“Fueron trasladados más vehículos policiales al local”, informaron fuentes
de la Secretaría de Seguridad del estado de Paraná, en el sur del país, a
la agencia de noticias EFE y explicaron que la presencia de fuerzas de
seguridad será permanente en el lugar.
El aumento de la seguridad del campamento, situado a cerca de un kilómetro de distancia de la sede policial donde Lula cumple una pena de doce años y un mes,, se pactó en la víspera en una reunión entre los líderes del Partido de los Trabajadores (PT), el partido del expresidente, y las autoridades locales.
El detonante para esta decisión fue un nuevo ataque armado contra
simpatizantes de Lula, el segundo luego que la caravana que seguía al
expresidente en su campaña presidencial por todo el país recibió cuatro
tiros en marzo pasado en ese mismo estado de Paraná.
Ayer a la madrugada, la escena de violencia política se repitió.
Una persona no identificada llegó en un auto negro modelo Sedan y fue
caminando hasta las tiendas donde pernoctan actualmente unos 300
