Ante la grave sequía que atraviesa el país vecino, la República Oriental del Uruguay, el gobierno argentino ofreció asistencia para ayudar a paliar la desesperante situación que pone en peligro la salud de la población, ya que las autoridades calculan terminar las reservas hídricas dentro de la próxima semana.
A través de una nota que fue fechada el pasado martes 4 de julio, la Cancillería puso a disposición un buque con cisterna de 300 toneladas de capacidad de agua, proviso por Agua y Saneamientos Argentinos (Aysa). Para ello, la administración argentina envió un buque perteneciente a la Armada Argentina del tipo "aviso", con capacidad de 300 toneladas de agua y además una planta potabilizadora móvil con una producción de 1700 sachet de medio litro por hora y operarios necesarios.
Se trata de unidad naval militar y rápida que traslada la asistencia ante la escasez hidráulica que somete al Uruguay. Desde hace más de dos meses, su población debe consumir agua dulce mezclada con agua salada debido a las sequías, y a riesgo de quedarse sin agua potable, el Gobierno tomó una serie de medidas para el cuidado de su uso.
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En la nota formal enviada por el Ministerio de Asuntos Exteriores y Culto remarcaron que el ofrecimiento del Gobierno Nacional "está destinado a dar respuesta a las poblaciones vulnerables afectadas por la crisis hídrica, centradas en la ciudad de Montevideo y la zona Metropolitana". Por su parte, desde la Cancillería uruguaya agradecieron y aceptaron el ofrecimiento, pero pidieron esperar antes de hacer uso.
Tras dos noches de lluvias, el presidente de Obras Sanitarias del Estado (OSE), Raúl Montero, aseguró que la emergencia por el inminente agotamiento de las reservas de agua estiró su margen y brindó alivio a las autoridades.
Con información de NA