El pasado abril se encontró el cuerpo de Gustavo Cuello en un descampado y a bordo de la unidad que conducía. Por meses la muerte del conductor fue un misterio que demandó pruebas y contrapruebas, además de pericias complementarias buscando precisiones.
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La investigación determinó que el trabajador presentaba un traumatismo de cráneo y alguna marca en una mano que orientó las tareas hacia un homicidio.
Finalmente y luego de un gran seguimiento, el fiscal Tomás Casas se apresta a archivar la causa, induciendo que se trató de un suicidio. Diversas pruebas lo llevaron hacia ese camino, además de algunas precisiones respecto a los perfiles de la víctima en redes sociales.