Mediante una resolución publicada en el Boletín Oficia, La Anses dispuso la utilización del “lenguaje inclusivo y no sexista” en toda su documentación oficial, con el fin de “evitar el sesgo hacia un sexo o género en particular”.
En el texto de la resolución se aclaró que el lenguaje inclusivo y no sexista es “aquel que evita el sesgo hacia un sexo o género en particular y que ni oculte, ni subordine, ni jerarquice, ni excluya a ninguno de los géneros y sea responsable al considerar, respetar y hacer visible a todas las personas, reconociendo la diversidad sexual y de géneros”.
También se indicó que la igualdad de género “requiere un proceso de aculturación modificatoria de los usos, costumbres y prácticas socialmente aprendidas, lo que debe encararse a partir de un cambio medular en las concepciones lingüísticas”. Por esta razón deberá eliminarse lenguaje que se centra en los varones (androcéntrico) incorporado en los textos y hacer perceptible y transparente la labor de todas las identidades de género respetando su competencia o éxitos, en al ámbito laboral, social y político.
Otro de los objetivos que se pretende alcanzar es romper con los estereotipos de la comunicación iconográfica y generar una representación gráfica diversa y plural de los géneros, eliminando a los varones como únicos sujetos de acción y a las otras identidades como personas pasivas y procurar que la comunicación no sea excluyente y promueva enfoques integradores de todas las diversidades, sin discriminar por raza, clase, orientación sexoafectiva, procedencia.
La Dirección General de Proyectos de Niñez, Adolescencia, Juventud y Género del organismo quedó a cargo de la confección de un Manual de Estilo para la utilización de este tipo de lenguaje.