Por Bárbara Caballero
Este martes miles de mujeres marcharon en diferentes puntos del país volviendo a tomar las calles luego de 6 años del primer paro de mujeres y disidencias, ocurrido el 19 de octubre del 2016, con un mismo objetivo: impulsar la lucha por sus derechos y la igualdad de género.
El 8 de marzo, jornada en la que se conmemora el Día Internacional de la Mujer, se ha convertido en una fecha clave para el colectivo de mujeres y movimientos feministas, en búsqueda de visibilizar su lucha contra un sistema patriarcal, del cual se derivan las injusticias hacia la mujer.
Liderazgo y participación política, empoderamiento económico, fin a la violencia contra las mujeres son algunas de las consignas que se renuevan este año. Según ONU Mujeres, más de 3 millones de mujeres no pueden acceder a las mismas opciones laborales que los hombres y una de cada tres mujeres sigue sufriendo violencia de género.
Sumado a esto, en Argentina, durante los dos primeros meses del 2022, 52 mujeres fueron asesinadas en el país y se registraron otros dos trans/travesticidios, según el nuevo informe del Observatorio de Femicidios. Se indicó también, que un total 64 hijas e hijos se quedaron sin madre, de los cuales el 43 son menores de edad.
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En Córdoba, cientos de mujeres y disidencias marcharon bajo diferentes consignas:
Basta de violencia machista.
No al acuerdo con el FMI. “Una de las consignas por las que marchamos es por el no pago a la deuda contra el FMI. La deuda es con nosotras y no con el fondo, ya que se reconoce que es una deuda totalmente ilegítima que se contrajo en un contexto de macrismo en donde las políticas de ajuste estaban al orden del día, las cuales se siguieron profundizando con el gobierno actual que no le pone un freno a las políticas que lleva el Fondo a lo largo del mundo”, explica Ayelén docente, delegada de Asociación Trabajadores del Estado y becaria del Conicet.
Pero la pregunta es ¿por qué se lleva a la marcha del 8M dicha consigna? Alina militante de la agrupación Marabunta nos explica: “si bien entendemos que esta pagó recaerá sobre todo el pueblo trabajador, uno de los sectores principalmente afectado somos las sujetas feminizadas. Somos quienes componen en su mayoría el trabajo informal, quienes en épocas de crisis quienes alimentan y contienen al resto, como se ve reflejado en el contexto de pandemia, quienes sostenían las ollas populares eran en su mayoría mujeres o las niñeces al no poder asistir al colegio, eran sus madres y/o hermanas en quienes recaía tomar ese rol de educadoras conjunto con el aumento de tareas domésticas”.
Basta de precarización económica. “La consigna que nos acompañó desde ese primer paro internacional y hasta la actualidad es Si nuestras vidas no valen, produzcan sin nosotras, consigna que sigue se encuentra más vigente que nunca, ya que podemos caracterizar en estos años donde hay una profundización de la crisis económica y las condiciones de vida son cada vez más precaria, los cuerpos sobre quienes recaen aún mas fuerte estas condiciones son sujetes feminizados, es decir que existe una feminización de la pobreza”, afirma Alina, trabajadora de una cooperativa de comida de la organización territorial FAR (Frente Arde Rojo).
Aplicación de ESI en las escuelas. “Hay muchísimo atraso con la ley de educación sexual con perspectiva de género, más allá de instrucciones de guías no solamente falta capacitación en las y los docentes falta una decisión política clara tanto por parte del gobierno provincial como de municipal. En este sentido tiene que ver con la injerencia que tienen las iglesias y en particular la Iglesia Católica, que intervienen de modo directo para evitar que se lleve adelante una verdadera ley de educación sexual integral con perspectiva de género” afirma Liliana Olivero, dirigente del Frente de Socialista y Frente de Izquierda Unidad.
“Entendemos que todavía queda gran camino por recorrer y luchas por ganar, donde apostamos por una real implementación de la ESI en la cual desde las infancias puedan reconocer que existen una amplia cantidad de identidades y que a su vez quienes se identifiquen con cualquiera de ellas puedan ser contenides y acompañades en su proceso, tanto por la institución escolar, su familia, sus compañeres” afirma, Alina.
Separación de la Iglesia y el Estado. “Hay que cortar la relación que tienen las iglesias con el Estado, no solamente dejando de subsidiar a la educación privada, sino que también dejen de tener privilegios la cúpula de la Iglesia Católica que no solo ha sido denunciada en numerosas ocasiones por abusos hacia las personas, también viven en el manto de impunidad que más allá de los juicios están recibiendo condenas sumamente cortas. Terminar con con esta relación para nosotras es muy importante”, explica Liliana Olivera.
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