El 16° Coloquio Industrial de la Unión Industrial de Córdoba (UIC) se llevó a cabo recientemente, consolidándose como el evento más relevante del sector industrial en la provincia. Este coloquio ha sido, a lo largo de los años, un punto de encuentro fundamental para empresarios, académicos y líderes de opinión, donde se discuten las tendencias, desafíos y oportunidades que enfrenta la industria en un mundo cada vez más interconectado. En esta edición, la UIC reafirmó su papel como catalizador del desarrollo económico de Córdoba y, por extensión, de Argentina.
El evento reunió a un amplio espectro de participantes, desde empresarios locales hasta autoridades gubernamentales y académicos, todos unidos por un objetivo común: potenciar la industria cordobesa y su contribución a la economía nacional. Durante el coloquio, se llevaron a cabo diversas paneles de discusión, talleres y exposiciones, donde los asistentes pudieron intercambiar ideas y estrategias en un ambiente colaborativo.
Uno de los temas centrales abordados fue la necesidad de que la industria cordobesa se adapte y se posicione en un contexto global. Esto implica no solo la incorporación de nuevas tecnologías y prácticas sostenibles, sino también la búsqueda de mercados internacionales que puedan albergar los productos y servicios que se generan en la provincia.
Diego Guelar, abogado y político argentino, ofreció a Canal C Argentina una perspectiva profunda sobre cómo Córdoba se inserta en la economía global. “Lo más importante a destacar es que cuando hablamos del exterior, también hablo de Córdoba. Somos parte del mundo; el mundo está en Córdoba. Eso hay que entender, cómo nos insertamos en ese mundo al que pertenecemos. Lo exterior, es interior”, afirmó.
Guelar también abordó el papel de la política exterior en el contexto actual de Argentina. “Las relaciones exteriores están a cargo del presidente; el verdadero canciller de Argentina es el presidente. Para bien y para mal. Por eso, para mi juicio, el rol de la cancillería está desdibujado”, explicó. Si bien reconoció que “Milei metió mucho la pata”, también señaló que ha logrado corregir algunas de las disfunciones que habían afectado a las relaciones exteriores.